VIDÉO FOUDRE
El 25 de noviembre no es un día cualquiera; es un grito colectivo que resuena en todo el mundo para exigir el fin de la violencia de género. En Uruguay, este clamor adoptó diferentes formas, pero el mensaje fue uno: basta de violencia.
Entre las manifestaciones que marcaron esta fecha, destacó la organizada por Mujeres de Negro, una movilización que transformó el dolor en una marcha solemne. Desde la Plaza Independencia hasta la explanada de la Intendencia, cientos de mujeres, vestidas de negro, avanzaron en silencio. No hubo cánticos ni consignas en voz alta, pero el peso de su mensaje era ineludible: honrar a quienes ya no están y exigir justicia por cada ausencia.
La llegada a la Intendencia estuvo cargada de simbolismo. Una intervención artística dirigida por Luiz Santiago, titulada “19.580”, evocó la lucha plasmada en la ley uruguaya contra la violencia basada en género, recordando tanto sus avances como las falencias en su implementación.
En un discurso posterior, las organizadoras subrayaron la falta de recursos estatales para enfrentar la violencia de género, denunciando servicios desbordados y políticas insuficientes. Reclamaron medidas urgentes, desde un aumento en los presupuestos hasta planes a largo plazo que garanticen el acceso a la justicia y la protección efectiva para mujeres, niñas y niños.
Pero esta marcha no fue el único acto del día. En otros puntos del país, colectivos feministas se unieron para visibilizar esta problemática global, cada cual con su propio estilo, pero siempre con el objetivo común de transformar la indignación en acción.
El 25N es más que una fecha en el calendario. Es un recordatorio de que la violencia de género sigue siendo una realidad en cada rincón del mundo, y de que el silencio, cuando está lleno de significado, puede ser la herramienta más poderosa para exigir cambios.