La COP30 comenzó en el corazón de la Amazonía con un llamado a la acción urgente y la verdad climática
BELÉM, Brasil – Bajo el calor húmedo de la Amazonía y con un llamado a convertir los compromisos en acciones concretas, se inauguró la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). La cumbre, que se celebra en Belém do Pará, marca un hito simbólico al ser la primera vez que las negociaciones climáticas globales tienen lugar en el bioma amazónico
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró la conferencia en un tono categórico, denunciando a los negacionistas climáticos y definiendo este encuentro como "la COP de la verdad" . En su discurso, Lula advirtió que "el cambio climático no es una amenaza para el futuro, sino una tragedia del presente", citando como ejemplos recientes el huracán Melissa en el Caribe y un tornado en el estado brasileño de Paraná . Frente a representantes de casi 200 países, hizo un enfático llamado al coraje y la determinación, basándose en el concepto brasileño de mutirão, que hace referencia a un esfuerzo colectivo y solidario .
La COP30 ocurre en un momento crítico: se cumple una década del Acuerdo de París y, sin embargo, la trayectoria actual del planeta apunta a un calentamiento de entre 2.3 y 2.5 °C para finales de siglo, muy por encima del límite de 1.5 °C acordado . Christiana Figueres, exsecretaria ejecutiva de la CMNUCC, alertó en vísperas de la conferencia: "Estamos perdiendo peligrosamente el límite de 1.5 °C. Vamos en la dirección correcta pero demasiado despacio" .
La elección de Belém, considerada la "puerta de entrada a la Amazonía", carga con un profundo simbolismo. La ciudad acoge la Zona Azul de negociaciones y se ha convertido en un escenario que busca integrar el conocimiento indígena y las soluciones regionales en el debate global .
Uno de los anuncios más significativos de los primeros días fue el lanzamiento oficial del Fondo Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), una iniciativa bandera de Brasil diseñada para proporcionar financiación a largo plazo para la conservación de los bosques tropicales .
A diferencia de los mecanismos tradicionales basados en proyectos, el TFFF es un fondo de inversión permanente y autofinanciado. Brasil se ha fijado el ambicioso objetivo de recaudar 125,000 millones de dólares, con una meta inicial de 10,000 millones . En el lanzamiento, se anunciaron contribuciones sustanciales:
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Noruega: 3,000 millones de dólares
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Brasil e Indonesia: 1,000 millones de dólares cada uno
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Francia: 500 millones de euros
Hasta la fecha, el fondo ha logrado compromisos por 5,500 millones de dólares y el respaldo de 53 países . Mirela Sandrini, del World Resources Institute (WRI) Brasil, señaló que, de contar con los fondos suficientes, este mecanismo podría hacer que "sea más rentable mantener los bosques de pie que deforestarlos" .
No obstante, la iniciativa también enfrenta escepticismo. Teresa Anderson, de ActionAid, cuestionó que se destinen fondos públicos a "instrumentos financieros complejos" en lugar de canalizarlos directamente a las comunidades . Este reclamo por un financiamiento directo y sin intermediarios es una demanda histórica de las organizaciones indígenas y comunitarias, que buscan un papel más protagónico en la gestión de los recursos .
El financiamiento climático se ha erigido como uno de los pilares centrales de las negociaciones. Bajo el principio de que "Cuando fluye la financiación, crece la ambición", los líderes debatieron cómo movilizar los 1.3 billones de dólares anuales necesarios para la acción climática en los países en desarrollo .
La "Hoja de Ruta de Bakú a Belém", presentada durante la Cumbre de Líderes, establece cinco frentes de acción prioritaria para alcanzar esta meta: "reponer, reequilibrar, redirigir, renovar y remodelar" la arquitectura financiera global . Simon Stiell, secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático, describió la financiación como la "sangre vital de la acción climática", subrayando su poder para convertir "los planes en progreso" y "la ambición en implementación" .
Mientras los diplomáticos negociaban, las calles de Belém presenciaron una marcha masiva donde miles de indígenas y activistas exigieron el fin de los combustibles fósiles y una mayor protección para sus territorios . Portando una bandera brasileña con la leyenda "Amazonía protegida" y "enterrando" simbólicamente al petróleo, el gas y el carbón, los manifestantes reclamaron un papel real en las decisiones que afectan el futuro de la Amazonía . La líder indígena Txai Suruí declaró: "Queremos presionar no solo para que se cumplan las promesas de los países sino también para que no se acepte ningún retroceso" .
Con la primera semana de la COP30 concluida, el escenario está listo para intensas negociaciones técnicas y políticas durante la segunda semana. Los temas pendientes incluyen la concreción de las metas de financiamiento, la transición energética justa y los mecanismos para garantizar que las soluciones climáticas sean inclusivas y equitativas.
El éxito de esta "COP de la implementación" se medirá por su capacidad para traducir los discursos de alto nivel en acciones tangibles que protejan a los más vulnerables y aseguren un futuro climático viable para el planeta, comenzando por el mismo corazón de la Amazonía que le da cobijo.









